Por Ana María Munguía

El primer paso para favorecer el hábito de la lectura en los niños… “leer por placer”.

Muchos educadores  y especialistas en el desarrollo infantil, insisten en la importancia que tiene que los niños  hagan de la lectura un hábito ya que éste les proporciona grandes beneficios como: el incremento del vocabulario, la estimulación de la creatividad, imaginación y  se convierte en una  herramienta para la adquisición de conocimiento.

Sin embargo, promover el hábito en los niños no es sencillo, requiere de disciplina y creatividad por parte de los padres y educadores. Iniciemos por entender que la lectura no es solo  descifrar letras,  sino la relación que se establece entre personas y que  a través de un texto se  provocan  múltiples emociones. Por lo que es importante  propiciar un ambiente favorecedor de la lectura.  He aquí algunos consejos para iniciar con este proceso:

  • Propicia un ambiente llamativo que lo invite a disfrutar de la lectura. Recrea un lugar acogedor donde se encuentren  disponibles  libros atractivos, una luz adecuada y un mueble cómodo en el que pueda adoptar diferentes posiciones para leer.
  • Permite que el niño elija sus propias lecturas. Por ejemplo, ir con él a la librería e invitarlo a que explore los títulos, los dibujos, etc.
  • Cuando le regales un libro, asegúrate de que se relacione con un interés del niño y que el lenguaje sea accesible para la edad.
  • Permite que lleve su propio ritmo de lectura, que salte algunas páginas si lo desea, que detenga la lectura y la retome en otro momento o bien que cambie de libro.
  • Designa un  horario de lectura tomando al niño en cuenta para la decisión del mejor momento. Aquí sería importante retomar la tradición de elegir la lectura antes de dormir como algo que no siempre resulta una buena idea, ya que corremos el riesgo de que nuestro hijo asocie la lectura con algo que te aburre y te adormece.
  • Comparte momentos en el que usted lea también, haga comentarios sobre el tema y las emociones que le evoca lectura, propicie que le dé su opinión; por ejemplo: ¿Qué crees que va a hacer la tortuga durante la carrera?
  • Cuando comiencen la lectura de un libro nuevo, estimula la curiosidad y expectativa de saber sobre la historia desde el inicio, por ejemplo: Después de leer el título y ver la portada, pregúntale acerca de quiénes cree que son los personajes de la historia, qué se imagina que va a pasar, etc.  Esta expectativa y anticipación, permite que los niños comiencen a generar una relación empática con los personajes y sientan curiosidad de saber si sus ideas se van a cumplir en la historia.
  • Compartir cuentos que para nosotros son muy queridos, o que nos trae recuerdos de nuestra infancia, es una excelente oportunidad, pues podremos transmitir nuestra emoción y gozo por recordar aquellas historias; nuestro hijo podrá reconocer en nosotros ese valor por la lectura y cómo nos permite conectarnos de manera especial con él y con nuestra historia al mismo tiempo.
  • Otra alternativa es encontrarnos con libros que cuentan las historias de nuestras películas o caricaturas favoritas; esto permite que nuestro hijo sienta ya una empatía y familiaridad con los personajes y la historia.

Lograr que nuestro hijo esté motivado y se divierta con la lectura propiciará en él  un acercamiento espontáneo  y  regular a los libros lo que permitirá convertirlo en una actividad satisfactoria que podremos convertir en un buen hábito.